Crítica; LA VIDA DE PI.

Hay que reconocer, que la idea de ver a un joven naufragando con un tigre de bengala no me animaba mucho al principio, pero des de luego, Ang Lee sabe como no dejar indiferente a nadie que vea ‘’La vida de Pi’’.

Ang Lee se atreve con todo y lo vemos en su repertorio; con una película de género western con vaqueros gays. Es evidente que no le asustaba la idea de hacer tal película, y por eso la FOX le invitó a dirigirla y tubo éxito dónde otros directores fracasaron.

La historia empieza con un joven que vive en la India con sus padres y allí tienen un zoo. Des de el principio nos sorprende la dedicación i la fe que tiene Pi y que se ve reflejada en toda la película. Se convierte a diferentes religiones; al cristianismo, al hinduismo y al islamismo. Aceptando así diversas ideologías y aprendiendo de ellas.

Sus padres deciden mudarse a Canadá y vender el zoo y sus animales, así que embarcan en un viaje donde nadie llegara a su destino.

Pi y Richard Parker (el nombre del tigre) pasaran por aventuras muy relacionadas con el agua, como su mismo nombre indica desde el inicio, Piscine.

Un dado curioso de Richard Parker, es que; en la mayoría de las escenas es el tigre elaborado tecnológicamente, pero en otras (unas 23) están gravadas con cuatro tigres reales.

La película, que sigue un orden cronológico y fácil de seguir, esta basada, sobretodo, en el segundo tramo de la novela de Martel. Novela que ya había tenido muchos seguidores. Y en este segundo tramo vemos temas tan antitéticos como la desesperación humana, la crueldad, el hambre, lo más oscuro y también lo más emocionante y bello. Con efectos especiales, un poco exagerados y que me recuerdan a Avatar, en el sentido de darle ésa importancia al 3D en lo material y lo líquido. Aún así, los efectos especiales no hacen que se pierda, para nada, la esencia del rumbo de Pi, en todo caso lo acentúan.

Otro tema que me llamó mucho la atención fue el protagonista de la película,Suraj Sharma. Un joven indio de 17 años, escogido de entre 3.000 aspirantes y sin experiencia alguna que estuvo a la altura en todo momento. El propio Ang Lee dice de él que ''tiene un talento tan maravilloso que te rompe el corazón''
Y así lo vive el espectador con Suraj Sharma, que sabe transmitir, incluso lejos de pantalla, las propias emociones de su personaje y emocionarte en cada momento. Así que no me queda otra que desearle un futuro prometedor y ''Chapeau'' para él.

Los japoneses responsables del hundimiento del barco y de la pérdida de los familiares de Pi, buscan una explicación lógica a tal fallo mecánico, así que Pi, al ver que no creen su historia, ‘’inventa’’ otra más creíble. Lee quiere finalizar con esa lección moral sobre la vida misma con sentido religioso (no tan profundo como en el libro): La vida real es tan dura que el ser humano necesita un poco de fantasía, y para ello necesita la imaginación. De eso nos damos cuenta con una reflexión al final de la película, cuando el protagonista (contando la historia de mayor.) le pregunta al escritor para el que la está narrando que qué historia prefiere creer; ¿la real o la fantástica? ¿Dios o la suerte? 

De esa aventura, con esos toques de emoción y con esa, por supuesto, magnífica banda sonora, que no dejará de emocionar ni al mismo corazón de acero y que te conducirá por caminos ficticios o reales, sintiéndolos en tu propia piel.  

Suraj Sharma y Ang Lee con uno de los tigres reales.

ACapella.